Estos utensilios son necesarios para evitar que el acabado sufra marcas, desgarros, derrames o salpicaduras por accidente. Además, ayuda a aumentar la seguridad de los maestros pintores.
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3.- Realizar una mala mezcla
Gracias a una mala mezcla de los materiales que utilizas pueden salir muchos defectos, entre ellos, que “la pintura sangre”, es decir, que al cabo de unas semanas se decolore y dé una apariencia amarillenta o roja.
Por otro lado, también puede que no se logre alcanzar la intensidad de tono que se pretende o incluso que haya desprendimientos.
Aquí es importante mencionar que todas las mezclas de los productos que utilices debes ser compatibles, es decir, que todo sea parte de una misma marca. Asi evitarás que aparezcan defectos en el futuro.
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4. No seguir las instrucciones de la ficha técnica
En muchas ocasiones se pretende ahorrar costos, y no es una práctica mala; sin embargo, hay que cuidar qué tipo de materiales se adquieren y lo más importante: si pueden coincidir con las instrucciones de la ficha técnica de la pintura.
Muy importante no ignorar estas instrucciones, ya que -en la mayoría de las ocasiones– se pueden optimizar costos sin sacrificar la relación de mezcla y cada una de las recomendaciones de la ficha.
5. Descuidar tu equipo de aplicación
Siempre hay que tener cuidado con tu equipo de aplicación, es decir, debes darle mantenimiento de manera periódica. Cuidar –también– que no queden residuos, ya que éstos pueden emitir contaminantes que afecten tus próximos trabajos.